De todas las películas de Alfred Hitchcock, Rebecca es una de mis favoritas. Además de ser una obra maestra, me permitió descubrir a una autora para mí hasta entonces desconocida: Daphne du Maurier, en cuyo libro se basó la película.
Libro que no fue fácil de adaptar como guion, por el gran trasfondo psicológico que vertebra toda la trama. Hacía falta un maestro de la talla de Hitchcock y su increíble manejo del suspense para rodar la película. Rodaje que, ya te lo adelanto, no fue nada fácil.
Cuando le contrataron para dirigirla, no tenía ni idea de lo que se le venía encima. Ni tampoco la actriz protagonista, Joan Fontaine.
Cómo Hitchcock hizo de Rebecca una obra maestra
1 Blanco y negro
Hitchcock prefirió rodarla en blanco y negro para lograr la atmósfera opresiva y oscura que rodea la novela, acrecentada por la omnipresencia de la fallecida Rebecca, la primera señora de Winters y, por supuesto, de la señora Danvers, su ama de llaves, siempre vestida de luto riguroso.
2 La angustia de Joan Fontaine no fue toda fingida
Desde su llegada a Manderley, la segunda señora de Winters (Joan Fontaine), aparece tímida, asustada, angustiada y vulnerable. No es de extrañar, porque su situación era parecida dentro y fuera del rodaje. Dentro, por la fantasmal presencia de Rebecca, el ama de llaves y la intriga que rodea a su marido.
Fuera no lo tuvo más fácil. Laurence Olivier, que interpreta a Maxim, había presionado a la productora para su esposa, Vivian Leight, interpretara a la segunda señora de Winters. Cuando en su lugar eligieron a una desconocida Joan Fontein, se dedicó a hacerle la vida imposible durante todo el rodaje.
La trataba mal, no le dirigía la palabra e incluso malmetía en su contra al resto del equipo. Hitchcock tampoco le facilitó las cosas. En su lugar, pidió al resto del equipo que se comportaran con ella como su compañero protagonista, y él mismo la trataba fatal. Su objetivo era aislarla de sus compañeros y conseguir que sintiera un nivel de angustia y vulnerabilidad similar al de su personaje en la película. Y lo consiguió.
3 Las súbitas apariciones de Mrs. Danvers
Si te fijas, durante la película nunca vemos al ama de llaves acercarse a Johan Fontaine, pero siempre aparece detrás de ella. En lugar de caminar, parece deslizarse como lo haría un fantasma.
Con este truco, Hitchcock buscaba que viéramos al ama de llaves a través de los ojos de la segunda señora Danvers, que sintiéramos la ansiedad, y angustia que le provocaba a ella, para que la acompañara la presencia sobrenatural de Rebecca.
4 Sin parpadear
Para aumentar aún más el desasosiego que el personaje de la señora Danvers crea tanto a Joan Fontaine como a los espectadores, Hitchcock le pidió que no parpadeara durante el rodaje y no lo hizo ni una sola vez.
5. Una protagonista sin nombre
Alfred Hitchcock quería que el nombre propio de la segunda señora de Winters fuera Daphne, en honor a la autora de la novela, Daphne du Maurier. La idea no gustó al productor, David O. Selznick, y el nombre no se utilizó.
Por ello, el personaje de la segunda señora de Winters, quedó, como ocurre en la novela, sin nombre propio. La autora lo hizo así para acrecentar el peso psicológico de Rebecca.
6. Cambios en el guion con respecto a la novela
En la película se hicieron cambios con respecto a la novela. No voy a contarte cuáles, para no hacer spoilers. En fin, te contaré uno: en la película no se revela el pasado de Rebecca lo que, según los entendidos, fue un acierto porque aumentó el suspense durante toda la cinta. ¿Por qué? Lo sabrás leyendo el libro. Si no lo has hecho ya, te lo recomiendo.
7. Duelo de titanes
Aunque David O. Selznick quien, tras comprar los derechos de la novela, contrató a Alfred Hitchcock para que rodara Rebecca, la relación entre productor y director pronto se deterioró. El primero no dejaba de quejarse de que el segundo era muy lento rodando, de los cortes durante las escenas y comenzaron a hacerse jugarretas (por no usar otra palabra), durante el rodaje.
Una muestra: David O. Selznick quería que, cuando la mansión Manderley se quemara, el humo formara una enorme «R». A Hitchcock no le gustaba la idea, le parecía muy burda y no le veía sentido. Por ello aprovechó que Selznick estaba centrado en el rodaje de Lo que el viento se llevó, y, en lugar de la columna de humo, filmó cómo se quemaba una sábana con la R bordada. Un acierto, ¿no crees?
8. Manderley en miniatura
El equipo pasó mucho tiempo buscando una mansión que recordara a la que aparece en la novela. A pesar de la insistencia de Selznick, fue imposible encontrarla, por lo que al final tuvieron que construir una miniatura de la mansión. A Hitchcock, que ya había filmado antes con ellas, no le importó.
9. Aparición de Hitchcock
El director tenía la costumbre de hacer un pequeño cameo en todas sus películas, y Rebecca no fue una excepción. En este caso, sin embargo, es más difícil verlo que en otras, porque Hitchcock se limita a cruzar con rapidez al fondo de una escena mientras George Sanders está discutiendo con un policía sobre el aparcamiento.
10. El guion
El guion de Rebecca fue el único en el que Hitchcock no participó a lo largo de su carrera, aunque la adaptación de Philip MacDonald y Michael Hogan se basó en una adaptación escrita antes por Alfred Hitchcock, Alma Reville and Hogan.
Fue Selznick quien le prohibió participar en el guion. Como venganza, Alfred Hitchcock le prohibió estar en el set durante el rodaje.
En conclusión
Con todo ello, el film es una soberbia adaptación de Rebecca, de Daphne de Maurier, un excelente thriller psicológico que Hitchcock logró llevar a la pantalla como el maestro que es, a pesar de los obstáculos que tuvo que sortear para lograrlo.
¡No te pierdas el tráiler!
Por si te ha picado la curiosidad, te dejo aquí el trailer de la película de 1940. Está en inglés, pero merece la pena verlo. Si prefieres una versión más moderna, puedes encontrar una en Netflix de 2020, aunque yo te recomiendo no perderte esta.
¿Has visto la película o leído la novela? ¿Qué te pareció? Déjame tu respuesta en comentarios.