Arthur Conan Doyle creó a Sherlock Holmes, el icónico y único detective consultor del mundo, un personaje cuyas frases han pasado a formar parte de la cultura popular.
Auguste Dupin, el detective creado por Edgar Allan Poe, tuvo una gran influencia sobre Conan Doyle a la hora de crear a su famoso detective, aunque este no fue el único referente del autor al hacerlo.
Son cientos, miles, las frases de Sherlock Holmes que han pasado a la posteridad, incluso una que no dijo jamás: «Elemental, mi querido Watson».
Arthur Conan Doyle
Nacido a mediados del siglo XIX en Edimburgo, su primera vocación no fue la de escritor, sino la medicina. Estudió la carrera y se especializó en oftalmología.
Conan Doyle tenía un gran espíritu aventurero, tanto que se enroló como cirujano en un ballenero para recorrer Groenlandia y el ártico, y así vivir las aventuras con las que soñaba.
Empezó a escribir porque no tenía clientes
Tras terminar sus estudios, abrió una clínica en Londres, en la que apenas entraban clientes. Fue entonces cuando comenzó a escribir para llenar las largas horas de espera por si entraba alguno. Tras el éxito de sus primeras novelas y relatos protagonizados por Sherlock Holmes, decidió dedicarse por completo a la literatura.
Tras la muerte de su mujer y su hijo, también se interesó por el espiritismo, tanto que llegó a ser uno de los miembros más relevantes de lo que se conocía como «Ghost club» (El club de los fantasmas), una sociedad que investigaba fenómenos paranormales que sigue activa hoy en día.
«Si en 100 años solo soy recordado como el hombre que inventó a Sherlock Holmes, entonces habré considerado mi vida un fracaso».
Arthur Conan Doyle
Ciencia ficción y novela histórica
Aunque ha pasado a la historia como el creador de Sherlock Holmes, Arthur Conan Doyle también escribió ciencia ficción y novela histórica. De hecho, odiaba escribir las aventuras del detective porque le quitaban tiempo para lo que él consideraba «literatura seria».
Deseoso de dejar publicar las historias de Holmes, pedía a los editores sumas cada vez mayores por sus manuscritos, con la esperanza de que se negaran a pagarle. Pero el éxito de Sherlock Holmes era tal que aceptaban, lo que le convirtió en uno de los escritores mejor pagados de su época.
Citas
Estudio en escarlata
«Tengo una profesión propia. Me imagino que soy el único en el mundo que la profesa. Soy detective-consultor, y usted verá si entiende lo que significa».
«Desde hace tiempo ha sido para mí un axioma que las cosas pequeñas son con mucho las más importantes».
«No hay objeto de estudio más digno del hombre que el hombre mismo».
«Y ahora, ¿tiene usted algo qué confesar? Cuando dos personas van a empezar a vivir juntas es conveniente que sepan mutuamente lo que consideran peor de cada una de ellas».
El archivo de Sherlock Holmes (La aventura de los tres Garrideb)
«―¿Está herido, Watson? ¡Por el amor de Dios, dígame que no está herido!
Valió la pena la herida, valieron la pena muchas heridas, para conocer la profundidad de la lealtad y el amor que se escondían detrás de aquella máscara. Sus ojos claros y duros se ensombrecieron por un momento, y sus labios firmes temblaron. Por primera y única vez vislumbré el gran corazón además del gran cerebro. Todos mis años de servicio humilde pero decidido culminaron en aquel momento de revelación».
El sabueso de los Baskerville
«Watson, he aquí el momento más dramático del destino, cuando resuenan en la escalera unos pasos que van a entrar a nuestra vida, e ignoramos si va a ser para bien o para mal nuestro».
«No hay nada más estimulante que un caso donde todo va contra usted».
«Puede que usted mismo no sea luminoso, pero es un buen conductor de luz».
«Y supe, por el estremecimiento de su voz, que a él, al hombre de hierro, le temblaba hasta el alma».
Las aventuras de Sherlock Holmes
«Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad».
«—Esto sí es un misterio. ¿Qué cree que significa?
—Aún no dispongo de esos datos. Es un error capital teorizar antes de disponer de información. Sin darse cuenta, uno empieza a deformar los hechos para que se ajusten a las teorías, en lugar de ajustar las teorías a los hechos».
«El teatro perdió un magnífico actor, al igual que la ciencia perdió un extraordinario investigador, cuando Sherlock Holmes se decidió a convertirse en un especialista en criminología».
El valle del terror
«La mediocridad no conoce nada más alto que sí misma, pero el talento instantáneamente reconoce el genio».
«No tengo ninguna noción de cuánto tiempo durará —Holmes respondió con rigidez—. Si los criminales establecieran su itinerario como los trenes, seguramente sería más conveniente para nosotros».
«Está desarrollando un inesperado pero agudo sentido del humor, Watson, contra el que debo aprender a cuidarme».
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