Gatos. Misteriosos, silenciosos, observadores atentos de todo lo que ocurre a su alrededor… El animal perfecto para un thriller.
Si eres amante de los perros, no te enfades. Hace un tiempo os hablé de perros protagonistas en la novela negra. Y como adoro tanto a los perros como a los gatos, hoy les toca el turno a los felinos que pasean por las páginas del género negro, desde el clásico más oscuro hasta el cozy crime más entrañable.
¿Por qué un gato encaja tan bien en una novela negra?
Si tienes gato, lo sabes bien. Son individuales, inteligentes, con ese aire de saberlo todo, y nunca, nunca adivinarás por dónde van a salir: si pedirte un mimo o salir a saltitos bufando. El perro representa la fidelidad; el gato, la imprevisibilidad. Y eso, en el noir, es oro puro.
En una novela negra o thriller, el gato es un personaje esencial para:
- El detective derrotado que encuentra consuelo en su gato, capaz de mostrar su lado más humano.
- El asesino elegante que acaricia a su persa mientras planea su próximo crimen.
- La víctima simbólica, cuya muerte o desaparición nos muestra la crueldad del protagonista.
- O ese maullido en mitad de la noche que acelera el corazón de los personajes… y de los lectores.
Si el perro es el compañero fiel del investigador, el gato es el testigo incómodo y silencioso, el que observa y parece saber más de lo que cuenta.
Gatos detectives
El gato negro, Edgar Allan Poe

Aunque en este relato el gato (o, mejor dicho, los gatos) no son estrictamente detectives, quería traer este relato de Edgar Allan Poe, en el que el felino es símbolo de culpa, violencia y locura.
Cierto que es una historia más cercana al terror que a la novela negra, pero su influencia en escritores posteriores es enorme, por el suspense y la tensión psicológica que vertebra toda la historia.
La gata lo vio todo, Dolores Hitchens

Como aparece en la portada de la novela, estamos ante un misterio felino.
Porque en este misterio clásico británico, muy en la línea de Agatha Christie, Samantha, la gata, involuntariamente, se convierte en protagonista, al ser la única testigo de un crimen.
El gato que leía del revés, Lilian Jackson Braun

Primera novela de la serie El gato que…, protagonizada por el antiguo corresponsal de guerra reconvertido en periodista del mundo del arte Jim Qwilleran y su gato siamés, Koko.
Pero que no te engañen esos ojos azules: Koko tiene un olfato detectivesco digno de Sherlock Holmes. Araña el periódico con la pista clave o tira al suelo el objeto decisivo, lo que lo convierte en el mejor detective felino de la historia del cozy crime.
Porque en esta saga, como en el resto de novelas de las que te hablo, los gatos son gatos, y eso es lo que las hace tan deliciosas.
Crimen descatalogado, Miranda James

En Athena (Misisipi), el bibliotecario Charlie Harris lleva una vida tranquila con su gato Diesel, al que pasea con correa. Pero la calma se rompe cuando un famoso y engreído escritor aparece muerto.
Con la ayuda de Diesel, Charlie se embarca en una investigación llena de secretos y viejos rencores.
Una saga que continúa con A de asesinato y La muerte de un libro.
La mujer en la ventana, A. J. Finn

En este thriller psicológico, el gato Punch acompaña a Anna Fox, la protagonista, en su encierro voluntario. Su papel es clave, pero no puedo contarte más sin hacer un spoiler de campeonato… así que ya sabes😉.
El gato que curaba corazones, Rachel Wells

Una historia que mezcla feel good y misterio gracias a Alfie, el gato protagonista, que tiene un don especial
El gato como testigo del crimen
Hay un recurso clásico del género negro: el gato como único testigo. Alguien es asesinado en una habitación. Las ventanas están cerradas y la puerta también, por fuera, además. Nadie ha visto nada. Solo hay un testigo: un gato.
Por supuesto, el felino no puede declarar en un juicio, pero eso no significa que no pueda delatar al culpable: dejando pelos donde no debería, maullando ante el asesino o sacando del fondo del armario una prenda manchada de sangre.
Lo vemos en La chica del tren, de Paula Hawkins, donde el gato simboliza los secretos que se esconden tras las fachadas de aparente normalidad. También en Asesinato en el club de lectura, de Lauren Elliott, donde el gato reacciona ante determinados personajes, convirtiéndose en la pista definitiva para resolver el caso.
También se popularizó este recurso en la literatura pulp de mediados del siglo XX.
Incluso en la televisión, esde Se ha escrito un crimen hasta Solo asesinatos en el edificio, el gato ha sido ese testigo incómodo que todo lo sabe y observa (y juzga) sin decir palabra.
Los gatos parecen hechos para el género negro. Ambos comparten elegancia, misterio… y una pizca de crueldad.
Y tú, ¿eres más de perros o de gatos en la novela negra y el thriller? ¿O de ambos?
Si conoces alguna novela con protagonista gatuno que no esté en la lista, ¡déjamela en comentarios y la añadiré al artículo!