Hielo negro es una novela con sabor a tabaco, a detectives cínicos y duros que, aunque golpeados y baqueteados por la vida, no dejan de creer en la justicia. Detectives que centran su tiempo en atrapar a los criminales, sin importarles lo que tengan que sacrificar por el camino.
Publicada en 1993, es el segundo libro de la saga protagonizada por el detective de la Brigada de homicidios Heronimus «Harry Bosch».
Sinopsis Hielo negro
En Navidad, mientras cena escuchando la radio de la policía, Harry Bosch se entera de que piden efectivos para acudir a un hotel donde se ha producido un asesinato. Extrañado y enfadado porque no le han avisado a él, que esa noche está de servicio, decide acudir a la escena del crimen.
Allí descubre que la víctima es Moore, un compañero de la Brigada de estupefacientes que llevaba desaparecido varios días y con quien Bosch se había reunido unos días antes para pedirle ayuda con una investigación. Intrigado, decide investigar por su cuenta y descubre que parece haber un nexo entre su caso y el que investigaba Moore.
Hard-boiled
Michael Connelly cuenta que comenzó a escribir novela negra cuando estudiaba periodismo en la Universidad de Florida, tras empezar a leer las novelas de Raymond Chandler. Sus obras, como las de Dashiel Hammet, dieron origen al subgénero de novela negra conocido como Hard-boiled.
Este subgénero supuso una revolución de las novelas de detectives, porque rompieron con el canon existente hasta el momento, representado por las obras de Arthur Conan Doyle o Agatha Christie, entre otros.
Sherlock Holmes, Miss Marple, o Poirot resuelven sus crímenes gracias a sus dotes de observación, de deducción, de razonamiento lógico o del conocimiento de la psicología humana. Esto cambia en el hard-boiled.
Una vuelta de tuerca
Las obras de Raymond Chandler, por el contrario, nos muestran la corrupción en la sociedad, cómo los seres humanos actúan movidos por el dinero y las ansias poder. Sus novelas nos llevan a los bajos fondos y nos enseñan las feas entrañas de la sociedad.
En medio de esa corrupción y falta de ética aparecen personajes como el detective creado por él, Philip Marlowe, quien, bajo su aspecto cínico y duro esconde un idealista que sigue creyendo en la justicia y en posibilidad de erradicar el mal de las calles.
Harry Bosch es heredero de Marlowe. Como él, es cínico, mordaz y cáustico cuando habla. Pero sus palabras también encierran reflexiones que nos invitan a pensar y que nos permiten entrever el alma idealista y casi romántica del hombre que se esconde tras la máscara de cinismo y de estar de vuelta de todo.
Un homenaje a El Bosco
Harry es el diminutivo de Heronimus. Connelly bautizó así a su detective en homenaje al pintor holandés conocido como El Bosco, nacido en 1450 en Hertogenbosch, cerca de Amberes, cuyo verdadero nombre es Jheronimus van Aken.
Opinión sobre Hielo Negro
Desde las primeras líneas me atrapó el estilo narrativo de Michael Connelly. Frases cortas, metáforas y descripciones no muy exhaustivas pero capaces de recrear a la perfección los escenarios en los que se desarrolla la novela, ya sea la casa de Harry, el hotel, o la frontera entre México y California.
Con sus propias normas
Me encantan este tipo de personajes como Bosch, cínicos y bordes, que ignoran los convencionalismos sociales y no les preocupa la opinión que la sociedad, quienes le rodean o sus propios compañeros tengan de ellos.
Su objetivo es resolver el caso, y si, como en el caso de Hielo Negro, se trata de algo personal, no parará hasta lograrlo. Con gran maestría, Connelly nos va dando pinceladas sobre la personalidad que el detective mantiene oculta a los ojos de los demás. Con ello, logra que nos acerquemos más al protagonista, que lo vayamos conociendo de verdad, mientras investigamos con él.
«En ese instante Bosch ansió tener un sombrero de fieltro como los que llevaban los detectives de las películas antiguas; de ese modo podría haber jugueteado con él, repasado el ala con los dedos y, en definitiva, habría sabido qué hacer con las manos».
Hielo Negro, Michael Connelly
En resumen
La trama de la novela, sencilla al comienzo, se va complicando a lo largo de las páginas y de la investigación, otro de los aspectos que a mí me mantuvo pegada al libro hasta que lo acabé.
Si no has leído nada de este autor, Hielo negro es la novela perfecta para comenzar. Si te gusta seguir el orden de la saga, puedes empezar por El eco negro y seguir con la novela de la que te hablo, que es la segunda. Sea como sea, no dejes de leerla, porque es un imprescindible para los amantes del género negro.
Novelas de Michael Connelly
Aunque la saga de Harry Bosch con 27 sus novelas es una de las más conocidas, la obra de Connelly no acaba ahí. También es autor de:
6 obras protagonizadas por Mickey Haller, abogado y hermanastro de Bosch, que no te puedes perder si te gustan los thrillers legales.
4 que tienen como protagonista al detective Renée Ballard, con una carrera paralela a la de Bosch. Como él, pasó de trabajar en la división de Robos y Homicidios de Los Ángeles a ser «desterrada» a la División de Hollywood, conocida en ambientes policiales como «La Cloaca».
3 cuyo protagonista es Jack McEvoy, periodista de sucesos en Los Ángeles Times.
Adaptaciones cinematográficas y series
En el cine podemos encontrar El Inocente, con Matthew McConaughey a la cabeza del cartel y Deuda de sangre. Esta última dirigida y protagonizada por Clint Eastwood.
Si prefieres las series, puedes optar entre Bosch y El abogado de Lincoln, basada en las novelas de Mickey Haller.
Michael Connelly
Ya te he contado más arriba por qué Connelly se decidió por escribir novela negra. Tras licenciarse en Periodismo en la Universidad de Florida trabajó durante unos años como periodista de sucesos, lo que llevó a conocer en profundidad los procedimientos de investigación policial que tan bien refleja en sus novelas.
También hizo varios cameos en la serie Castle, jugando al póquer con el protagonista, Richard Castle, y otros escritores de novela negra como James Patterson, Stephen J. Cannell y Dennis Lehane.
¿Te ha impactado la atmósfera de Hielo negro? Cuéntamelo, me encantaría saberlo.