Desde Medea, son muchas las madres en la literatura que nos han puesto los pelos de punta: obsesivas, ausentes, controladoras, celosas de sus hijos, fanáticas, narcisistas… Algunas tanto que se han convertido en icónicas.
Estas son algunas de las más aterradoras que ha dado el género negro:
La madre de Norman Bates (Psicosis)
¿Quién ha podido olvidar a la madre de Norman Bates en «Psicosis»? No tiene nombre, ni siquiera está viva, pero nos hizo gritar de miedo a todos.
La película que lanzó al estrellato a Alfred Hitchcock está basada en la novela del mismo nombre del escritor Robert Bloch, publicada en 1959 e inspirada en un caso real.
Tras enviudar, comienza a desarrollar una dependencia emocional viciada con su hijo, con el obbjetio de que ninguna mujer lo separe de su lado, lo que logra incluso después de muerta.
La novela quedó eclipsada por el éxito de la película, aunque Robert Bloch escribió dos partes más, que no tienen relación con las secuelas que se llevaron al cine. Además de «Psicosis», escribió más de veinte novelas y, entre otros, recibió el premio Hugo, el Stoker y el Mundial de Fantasía. No en vano fue discípulo de Lovecraft, con quien colaboró en «Los mitos de Cthulhu’».
Margaret White (Carrie)
La madre de Carrie, la protagonista de la novela homónima de Stephen King, a quien muchos han conocido a través del cine. Una mujer obsesivamente religiosa, abusiva y maltratadora, que considera que todo lo que hacen los demás es pecaminoso.
Su trastorno la lleva a aislar a su hija para evitar que caiga en el pecado y, cada vez que esta hace algo que ella considera que vulnera los dictados de su fe, sufre ataques de histeria en los que se autolesiona delante de su hija para obligarla a obedecerla y cree que su hija es una bruja por sus poderes telekinéticos.
Rosario (Trilogía del Baztán)
La madre de Amaia Salazar, protagonista de la Trilogía del Baztán, de Dolores Redondo, es una de las madres más siniestras de la novela negra española. Por no hacer spoilers no te daré muchos detalles; sólo te contaré que Rosario pegaba y e insultaba a su hija cada vez que tenía oportunidad y Amaia le tenía pánico desde niña.
En este caso, Rosario sufre un trastorno mental grave sin medicar, que la lleva a descargar el odio contra su hija, aparte de otros sucesos que se dan a lo largo de la trilogía.
Corrine Dollanganger (Flores en el ático)
La madre de Catherine Leigh Dolanganger, la protagonista de «Flores en el Ático», de V.C. Andrews, no es mucho mejor. Tras quedarse viuda y no poder hacer frente a las deudas que dejó su marido, Catherine se ve obligada a volver a casa de sus padres.
Su madre la acoge, pero con una condición: debe encerrar a sus hijos en el ático y no dejarlos salir bajo ninguna circunstancia para que su padre, el abuelo de los hijos, no sepa de su existencia. Con la esperanza de recibir una parte de la herencia, ella acepta. Al principio se preocupa de que sus hijos estén bien, pero poco a poco esto cambia.
Eva (Tenemos que hablar de Kevin)
No puede faltar en esta lista Eva Khatchadourian, la madre de Kevin, en una de las novelas que mejor explora una complicada relación entre madre e hijo, escrita por Lionel Shriver.
No es difícil compadecer a Eva. Su hijo Kevin ha entrado armado en su escuela y ha matado a nueve compañeros y dos profesores. Pero a través la historia nos vamos dando cuenta de que Kevin no es el único culpable, también su madre.
La relación entre ambos ha sido complicada desde el embarazo. Eva, a sus 40 años, no quería quedarse embarazada; sólo lo hace para complacer a su marido. Como resultado, se establece entre Eva y Kevin una relación de amor-odio que vertebra toda la novela que nos muestra los problemas con los que va creciendo Kevin.
¿Las has leído? ¿Qué te han parecido? ¿Cuál añadirías a la lista?
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